28 de junio de 2011

EL ÚLTIMO VERANO, Jacques Rivette

Película: El último verano
Título original: 36 vues du pic Saint Loup
Dirección: Jacques Rivette
Países: Francia e Italia
Año: 2009
Duración:84 min
Género: Comedia dramática
Estreno en Francia: 9 Septiembre 2009
Estreno en España: 25 Marzo 2011

Los demás son espectadores de nuestra vida y ser, en gran medida, es actuar. En ocasiones el maquillaje lo será todo y el número que representemos resultará mecánico. Lo contrario, participar en una relación nos obliga a ser equilibristas y cuanto mayor sea la implicación, nos acercaremos al esperado más difícil todavía.


Todos tenemos algún número en el que en la pista nos consideramos maestros, lleva toda la vida acompañándonos y que alguien se acerque y se atreva a darnos algún consejo para mejorarlo nos ofende. Además, es algo nuestro, para nosotros. Dedicamos buena parte de tiempo alentando a los demás para que muestren su espectáculo, pero mejor que no nos pidan que nosotros lo hagamos.

Los hay que se sienten muertos para el circo, porque un número les ha dejado marcados y es superior la pérdida ocasionada que el ánimo. No queda otra que aceptar ayuda y enfrentarse a ese mismo número. No redimirá, pero si desplazará el vacío por un tiempo. Debajo de la carpa no hay nada nuevo, no hay salvación posible y algo parecido miente.

La libertad es imposible encerrarla y omnipresente. Para participar de ella tendrás que cumplir un sueño común, conocerse uno mismo y sólo teniendo conciencia de lo que somos podrás acercarte. Te aconsejo que para cumplir el sueño no te aísles, es cierto que uno se vuelve mudo cuando viaja solo. 



14 de junio de 2011

Los colores de la montaña, Carlos César Arbeláez

Titulo: Los colores de la montaña
Titulo Original: Los colores de la montaña
Genero: Drama
Año De Producción: 2010
Estreno en España: 10/06/2011
País: Panamá, Colombia
Director: Carlos César Arbeláez



Si se calculara y comparara el grado de desarrollo de un país atendiendo al comportamiento de los niños en la escuela, creo que entre la zona rural Colombiana donde se desarrolla ésta película y cualquier ciudad española, el prefijo sub no dudaría en aplicárnoslo a nosotros. Un comportamiento respetuoso, cívico y natural ante una escuela que las circunstancias no permiten que funcione, de parte de unos niños que pertenecen involuntariamente a una sociedad que acostumbramos alegremente a despreciar sin avergonzarnos.

Asusta lo fácil que resulta desde nuestra torre tecnológica mirar por encima del hombro a los demás, pero nos hemos despreocupado desde hace tiempo de los cimientos,  aun sabiendo que el material empleado no es el adecuado.  Qué incómodo  mirar hacia abajo, aunque nos sintamos obligados a ello y no tardemos en caer por no hacerlo.


Las imágenes sin duda resultarán extrañas para gran número de espectadores y es que será común la gran distancia entre el contenido de las mismas y quienes disfruten de la comodidad de las butacas, extrañeza ante un modo de vida, unas costumbres y un entorno que tachamos de primitivo, que se nos antoja ajeno, por olvidado, aunque no haya pasado tanto tiempo.

Ahora nos sentimos conquistadores, prueba de ello es poder comprar ropa y comida que conocemos y nos agrada dando igual si estamos en Chicago, Kyoto o Vilnius, recibir infinidad de noticias casi a tiempo real desde cualquier punto terráqueo (antes seleccionadas, filtradas  y posicionadas según el medio que hayamos escogido) y poder estar conectados en todo momento con tantas personas como queramos (redefiniendo el concepto de amistad atendiendo a las opciones y limitaciones que las redes sociales nos ofrecen). Seguiremos arrasando,  embarcados en esta nave llamada globalización que tan sólo se desplaza por la superficie, que por grande que sea la tempestad que azota se resuelve echando la culpa a la burbuja inmobiliaria y si nos preguntan por qué no dejamos subir a otros, que hay sitio, respondemos mirando al horizonte que no han querido venir ellos, que son una panda de vagos.

Los sueños, anhelos y deseos infantiles, por mucho que otros intenten cercarlos, mutilarlos y acabar con ellos, seguirán brotando, adaptándose y coloreando. Siempre habrá un padre que lo dará todo por alimentar tanto el cuerpo como el alma de sus hijos y entregará su vida si ese es el precio por una oportunidad para ellos.

Ante la realidad que se nos muestra (no una realidad, sino la realidad) solo cabe desear una inquietud global por situar a la Vida en la cima de nuestros valores, lo único que puede hacer frente a nuestra condición. 

5 de junio de 2011

EL ÁRBOL, Julie Bertucelli

Titulo: El Árbol
Titulo Original: The Tree
Genero: Drama
Año De Producción: 2010
Estreno en España: 03/06/2011
País: Francia, Australia
Director: Julie Bertucelli




Aunque en la práctica es indivisible el espacio-tiempo, qué diferente es desear detener el tiempo o querer que sea el espacio lo que se paralice. La película comienza presentándonos uno de esos momentos idílicos de pareja cómplice que parece abrazar el universo teniéndose el uno al otro y tanto disfrutan haciendo planes bajo un cielo estrellado. Ella comenta que esa noche es para grabarla, para retenerla, para conservarla ante la imposibilidad de detener el tiempo. Unas secuencias después y tras el acontecimiento que vertebra el argumento (la muerte repentina de Él), ella intenta evadirse, esconderse, que nadie la moleste, que el tiempo pase lo más rápido posible y ésta vez sea el espacio lo que se detenga, sentirse invisible, sentirse únicamente a sí misma.
Hay varias maneras de afrontar un duelo. Su hija, todavía niña, elige ser feliz, comportarse como si nada hubiera pasado. Encuentra el espíritu de su padre en un árbol y lo convierte en lugar de encuentro, no tanto para recordarle sino para poder seguir compartiendo con él. Donde había un abrazo, ahora tan solo surgen gestos provocados por el viento y donde había palabras de cariño, ahora sólo caben sonidos. Se evidencia la necesidad que tenemos de relacionarnos con nuestro Padre, de sentir que sigues perteneciendo a alguien, de sentirse querido. Pero incluso la paciencia infantil tiene un límite, finalmente hay que enfrentarse y enfadarse con el mundo.
Ella, su mujer,  elige vaciarse, asumir y agradecer. Espera respuestas que no sabe si llegarán, pero lo hace en movimiento, intentando volver a encontrar su sitio,  provocando motivos para volver a sentir. No será fácil, pero cree en lo que dejó escrito Sabato: El ser humano sabe hacer de los obstáculos nuevos caminos porque a la vida le basta el espacio de una grieta para renacer.”